jueves, 12 de julio de 2007

XXXV-Los cuentos de aquella época


El Capitán Trueno

En una serie tan popular y larga como la que nos ocupa, no es extraño que, además de los protagonistas, haya una gran cantidad de personajes secundarios que aderezan las historias y que son capaces de transportar a Trueno y a sus amigos a las más increíbles aventuras, así como de ayudarles en otras ocasiones.

Este caballero es fuerte, simpático, lucha con noble idealismo moral por la justicia, la libertad, la fraternidad, la paz (...) Su papel fue a menudo el de hacer que masas de gentes tomaran conciencia de la bestial explotación a que eran sometidas por un grupo de vampiros (...) Si algo se le puede reprochar es que desde un punto de vista estético, el Capitán tiene todos los defectos de los héroes positivos de la novela soviética mala... jamás tiene una flaqueza. Jamás tiene nada que reprocharse... Es el hombre que se reprime constantemente para estar a la par con los ideales que defiende.


Esta cita de Víctor Mora nos define perfectamente al personaje principal de la serie, tanto en los aspectos positivos como en los negativos


El personaje preferido por dibujantes y lectores. Los primeros porque parece ser que era muy cómodo de dibujar y los segundos por su simpatía. Es un tragaldabas que no puede pasar más de una hora sin comer. Si hay algo que le guste más que la comida es una buena bronca, en las que hará uso de su toma-toma o demostrará a sus contrincantes porqué le llaman el Cascanueces (la cosa tiene que ver con las cabezas). Si hay alguna mujer robusta que se cruce por el camino de nuestros héroes ésta se enamorará perdidamente de Goliath, lo que le costará más de un disgusto. Es especialista en tirarse del globo cuando no hay más lastre.

El personaje más joven y, quizás, con el que más se identificaban los lectores jóvenes. Es hijo del conde de Normandía, pero, al morir su madre, es dejado bajo custodia de nuestros amigos, convirtiéndose con el tiempo en escudero de Trueno. Las bromas entre Maese Goliath y Caballero Crispín son de los episodios más memorables de la serie. A medida que va avanzando la serie se irá convirtiendo en un verdadero donjuán con las muchachitas de su edad y cada vez adquiere mayor protagonismo, llegando correr aventuras por su propia cuenta, especialmente en EL CAPITÁN TRUENO EXTRA.

Todo caballero ha de tener una dama y Trueno no iba a ser menos. Sólo que en este caso, además de ser constantemente raptada es algo más. Sigrid es reina de la isla de Thule y no es la típica damita que espera en el balcón de su castillo la llegada de su amado (no quiere esto decir que a veces no le ocurra eso). Acompaña en muchas aventuras al trío protagonista, convirtiéndose este en cuarteto, y en más de una ocasión le ha salvado la vida a estos, algo que era inconcebible en los años en los que nació el Trueno. Además de esto también fue revolucionaria en otro detalle: Sigrid y Trueno siguen sin casarse. Conviven juntos, aunque en habitaciones separadas, y son considerados casi como matrimonio, pero no están casados (¿pareja de hecho?).


El Guerrero del Antifaz

Las aventuras transcurren en la reconquista española. El Guerrero es criado creyéndose hijo de una cristiana y un musulmán (Alí-Khan), pero al morir su madre le revelará que, en realidad, su padre es un conde cristiano, por lo que el Guerrero se unirá a dicha causa, ocultándose bajo un antifaz para no ser reconocido.

Pronto se enamorará de la Condesita Ana María, quien, a su vez, se enamorará también. Pero el amor parece imposible, ya que jamás podrá casarse ella, noble, con él, simple guerrero. A medida que avanza la serie y con la muerte de su padre, a quien se dará a conocer, sus hazañas le granjearán la amistad a todos los que comparten su causa e ideales. Pudiéndose así casar con su amada.

Uno de los personajes más leídos y populares en la España de postguerra. Fue uno de los primeros cuadernos de "Continuará...", lo que hizo, entre otras cosas, que fuera un gran éxito, ya que casi obligaba a comprar el siguiente cuaderno una vez que se había leído un número. Su autor era Manuel Gago, uno de los grandes dibujantes que dió Editorial Valenciana.

Aquí termina el primer ciclo de las aventuras. Nadie que haya leído al Guerrero puede olvidar nombres como Olián, Hamed, los hermanos Kir, Don Luis, el Capitán Rodolfo, Kadul, Zoraida, Aixa, etc. No terminan, de todas maneras ahí sus aventuras, que se cortarán en el cuaderno 668 en 1966.


A finales de los 70 se iniciarían Las Nuevas Aventuras del Guerrero del Antifaz, pero la muerte de su creador, en 1980, cortará la serie en el número 110, finalizando así la saga de este héroe.



Roberto Alcázar y Pedrín

Otro tebeo muy popular durante casi cuatro décadas (1940-1976). Ha sido acusado múltiples veces de ser un vehículo propagandístico del régimen franquista, a pesar de que su dibujante y creador, Eduardo Vañó, ha dicho muchas veces que el apellido fue pura coincidencia y que el parecido entre Roberto y José Antonio Primo de Rivera no es, en realidad tal.

Los protagonistas son, como su título indica, dos: Roberto Alcázar (detective argentino que recorre el mundo entero, y parte del universo, resolviendo conflictos) y Pedrín (un chavalín que Roberto conocería en un viaje en barco, donde Pedrín se había colado de polizón). Si bien las historias son repetitivas, siguiendo siempre un mismo esquema, y su dibujo, en principio, es estático y forzado, alcanzó un gran éxito, principalmente debido a la identificación de los jóvenes de la época con Pedrín, que utilizaba expresiones muy populares (jarabe de palo, por ejemplo).



El Jabato

El Jabato es considerado por muchos como un calco de El Capitán Trueno, aunque hay seguidores de El Jabato a los que no les gusta el Trueno y viceversa, así que desde aquí no voy a entrar en esta polémica. Esta serie comenzó con tan sólo dos héroes: Jabato y Taurus (equivalentes a Trueno y Goliath). Ambos íberos que combatían los excesos de los emperadores romanos. El primero era el paladín enamorador y el segundo el gigante comilón. Estos conocerían en los primeros cuadernos a la dama del Grupo: Claudia, una muchacha romana de buena familia que había abrazado el cristianismo. Claudia, al igual que Sigrid en su serie, rompió moldes, ya que nunca se casó con Jabato, luchaba contra enemigos (más de una vez ha salvado la vida de sus compañeros), etc.

Bastante después se incluiría el personaje quizás más recordado por todos los lectores de la serie: Fideo, un poetastro griego que continuamente martiriza a Taurus con su estrofas de 400, 500, 600 o 1000 versos, con las que narra las victorias de sus amigos. Siempre acompañado de su querida lira (de la cual ha intentado deshacerse Taurus más de una vez) lucha dando golpes musicales a sus enemigos. Durante bastantes aventuras nuestros amigos serán acompañados por un niño llamado Shing-Li y su tigre, o por un mono llamado Bongo.

No se puede hablar de El Jabato sin mencionar a sus autores: su guionista, como ya hemos dicho fue Víctor Mora y su dibujante el genial Francisco Darnís, quien, al igual que Ambrós dejó la serie, por lo que sería continuada por gran cantidad de dibujantes (mayormente los mismos que el Trueno).



Hazañas Bélicas

Guillermo Sánchez Boix (1.917 - 1.960). Dibujante y guionista barcelonés, firmaba como Boixcar sus popularísimos cuadernos.Empezó su carrera en los años 40 con el Caballero Negro (1.945), El Puma (1.946) y La vuelta al mundo de dos muchachos (1.948).Fué catapultado hacia la fama por la colección Hazañas Bélicas (1ª serie 1.948 / 2ª serie 1.950 - Ediciones Toray) , que recordaba los recientes acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial, esforzándose en destacar los valores humanos que afloran en el indivíduo debido.



Mortadelo y Filemón

Los internacionales Mortadelo y Filemón nacen de la pluma de Francisco Ibáñez en 1958 con el nombre de "Mortadelo y Filemón, Agencia de Información" para ocupar una página de Pulgarcito, revista en la que continuaría saliendo hasta que en los años 70 se cancelase esa cabecera para crear la revista Mortadelo al más puro estilo de la Pilote francesa: unas cuatro páginas de Mortadelo y el resto de pasatiempos y con historias auto-conclusivas y "de Continuará" de otros personajes. Con el tiempo, estas páginas de Mortadelo tomaron el estilo de publicación franco-belga, ya que cada episodio era una parte de una aventura de 54 páginas que luego se publicaba en un álbum al estilo de Astérix o Tintín. Actualmente, periódicamente Ibáñez sigue publicando las aventuras de Mortadelo usando cualquier pretexto como Expediente X, los 100 años del Cine o las Olimpiadas de Atlanta, pero ya directamente en álbumes de tapa dura (Colección Magos del Humor) y tapa blanda (Colección Olé). Estas últimas aventuras, a pesar de tener un dibujo genial, muy claro, depurado y muy detallado, pecan de tener una guión muy simple que se limita a la repetición de gags uno detrás de otro, siendo la mayoría copiados de otras aventuras.

El Sulfato Atómico, primera aventura larga de los personajes, presenta la nueva situación que, desde ese momento, vivirán: son agentes de la TIA (Técnicos de Investigación Aeroterráquea), una clara parodia de la CIA, bajo el mando del Superintendente Vicente (el "Súper") y que serán ayudados por los inventos del Doctor Bacterio, que siempre resultarán un desastre. Asimismo, luego aparecerán otros personajes asíduos como la secretaria del Súper, la Srta. Ofelia, o el agente Bestiajez...

Zipi y Zape

Sería a mediados de los años 40 cuando Josep Escobar, inspirándose en la serie americana The Captain and the Kids, creara a los gemelos Zipi y Zape. Rubio el uno y moreno el otro, perombos con la misma facilidad para meterse en líos y tramar las más increíbles aventuras que siempre finalizaban en el cuarto de los ratones.

Inicialmente acompañados de sus padres, Don Pantuflo Zapatilla (catedrático de filatelia y colombofilia) y Dña Jaimita, la típica ama de casa del momento, la serie fue adquiriendo más riqueza según se incorporaron el profesor Don Minervo, el malvado Peloto, el primo sabelotodo Sapientín. Todo esto, asociado a un progresivo cambio en el dibujo para adaptarlo a los tiempos y a una adaptación de las historietas al formato francobelga han contribuido a un éxito mantenido durante 50 años sólo superado por el todopoderoso Ibáñez y su Mortadelo.

Generación tras generación han soñado con llevarle un caco a D. Ángel o huir de los pesados amigos que siempre cuentan las operaciones de apendicitis, aprendieron un rico vocabulario en el que se puede decir de todo sin una sóla palabra malsonante y, sobre todo, los trucos de los vendedores ambulantes para evitar que les cierren la puerta. Una película, sus propias revistas (Zipi y Zape y Super Zipi y Zape) y miles de reediciones dentro y fuera de España son muestra de esta popularidad.

Carpanta

En la posguerra española se pasaba hambre y eso es lo que significa Carpanta "un hambre desmesurada". Era el guiño de Josep Escobar a los niños que, al igual que el personaje, pegaban la cara al cristal de los restaurantes para ver a otros zampándose un opíparo banquete. Josep Escobar, hombre de izquierdas, que incluso llegó a estar encarcelado en la modelo de Barcelona, tuvo que aguantar que quisieran censurar a este personaje en los años 50 porque entonces ya no se pasaba hambre.

Las historias de Carpanta nunca han tenido tanta difusión como las de Zipi y Zape, y quizás por ello en raras ocasiones han superado las dos páginas. Era un personaje creado también en los 40 para la revista Pulgarcito de Bruguera que, hiciera lo que hiciese, salvo en contadas ocasiones, siempre terminaba sin probar bocado. Amigos como Protasio, o algunos personajes de otras series, como D. Ángel o Petra salían ocasionalmente, pero el único personaje fijo era Carpanta.
Fiel reflejo de la sociedad de la época y de la picaresca necesaria para salir adelante en la España dividida, Carpanta es el segundo personaje más popular de Josep Escobar.

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