martes, 17 de julio de 2007

XXII-Notas para la historia de Benquerencia

Mis primeros años de la escuela con D. Valeriano y otros maestros idóneos del pueblo como Alberto donde nos afanábamos en que no se apagaran los pequeños braseros de latas de conserva que llevábamos de nuestra casa y derramar los tinteros de las mesas rellenados con una tinta que hacía el maestro con polvos y agua en una botella y escribíamos con una pluma de gallina y en una pizarra con un trapo para borrar con escupitajos las muestras que nos ponía el maestro. Los juegos del trompo, la rueda, pídola, “zurrumento”, la mocha y policías y ladrones. Las meriendas de tocino y pan, aceitunas y pan o en otras épocas los higos pasaos ... etc... Hay que reconocer que en aquellos años se pasaba hambre.

La fiesta de los nuevos “Quintos” que se encerraban en una casa todos los del pueblo de esa quinta y lo celebraban por todo lo alto.

Las bodas donde había la costumbre de que la novia una semana antes enseñara el “AJUAR” y el día de la boda el novio y la madrina iban a recoger a la novia a su casa y desde allí dirigirse a la Iglesia (Ntrª Srª de la Asunción) con toda la comitiva de invitados, al salir de la Iglesia los “chiquillos” le cantábamos al padrino:

“Padrino roñoso
echa mano al bolso,
échalo padrino
y no te lo gastes en vino”.

El padrino nos tiraba puñados de “calderilla” (céntimos) y todos los niños nos tirábamos por los suelos a recogerlos. Después nos íbamos al convite que siempre se celebraba en casa del novio y consistía en ir pasando bandejas de dulces hechos en casa (magdalenas, perrunillas, rescardones y roscos fritos con azúcar etc.) altramuces y garbanzos tostados y los invitados ponían en un pañuelo atado por los picos para llevar alguno a casa y las bebidas eran unas copas de vino de pitarra y de anís en el mismo vaso y copa que pasaba de uno a otro. Al final pasaban los invitados por la mesa de los novios y echaban dinero en una bandeja (5 pesetas, 25 y 50 pesetas los allegados). Duraban las bodas dos días (Boda y Tornaboda) para los familiares y luego al día siguiente tenían los novios que subir al “Castillo de los Moros” porque había un dicho que los que no subían se llevarían mal en el matrimonio porque así había ocurrido con matrimonios que se llevaban mal.

Recuerdo que mi madre, amiga de hacer favores, les prestaba para hacer las bodas utensilios de cocina y a los novios los avalaba para que pudieran comprarse en el Bazar de Manolito Rey en Castuera los muebles que luego pagaban a plazos.

Recuerdo de la última “Cencerrada” que se dio en el pueblo a una pareja de “arrejuntaos” (Una soltera y un viudo) en el barrio del Altillo. El grupo de jóvenes mayores que nosotros se enteraron de eso y recuerdo que los mas pequeños nos fuimos con ellos y en silencio nos acercamos a la puerta sobre las 11 de la noche y empezamos a tocar con latas y cencerros. Salieron a pegarnos y huímos a toda pastilla. Creo que fue la última cencerrada que se dio en el pueblo.

En el verano en tiempo de las “eras” los hombres permanecían día y noche guardando y trabajando con la “trilla” cosa que nos gustaba mucho a los niños el montarnos encima del trillo dando vueltas alrededor de la “palva”. Las mujeres les traían la comida como:

-Garbanzos (cocido, puchero).
-Sopa de ajo.
-Alubias cocidas.
-Gazpachos con chacina de matanza para la
cena
–Patatas con bacalao.

En la era
También en el verano se sentaban las mujeres al atardecer en las puertas de las casas a coser, bordar, hacer punto o croché y se hablaba de todo un poco y así se fomentaba la convivencia y la solidaridad entre las vecinas.

Las matanzas donde se mataba un cerdo y se hacían con ayuda de toda la familia. Mi padre era el matarife de toda la familia y de algunos amigos y era el que aliñaba las morcillas y despiezaba al cerdo. La primera pieza que se sacaba era la lengua y la presa para analizar el veterinario que venía desde Castuera un par de días a la semana. Recuerdo de haber ido personalmente a analizarlas en el Ayuntamiento y cuando ya llegaba con las piezas analizadas se hacía el desayuno con migas y la “prueba de matanza”.

El primer día sólo era el despiece, se picaba, se aliñaba (pimentón, cilantro, patatas, ajos etc.) y se hacían las morcillas de sangre con arroz, hígado y cebollas. Se lavaban las tripas con mucha sal y se dejaban secar para el día siguiente.

El segundo día las mujeres llenaban las morcillas y se colgaban y las piezas grandes se ponían en salmuera (jamones, tocinos y huesos).

Mucho trabajo pero muy divertido para los niños que siempre estábamos ayudando.

Mi mejor recuerdo el comer mucho y lo bien que se pasaba escuchando a mi primo Flores contando “chascarrillos” al tiempo que daba vueltas a la manivela de la “maquina de embutir”.

Otro recuerdo era cuando se hacían los fideos porque había un hombre en el pueblo que iba de casa en casa y los hacía y para secarlos se ponían encima de una sábana tendida.

Un recuerdo trágico de la muerte de un amigo, Perico, electrocutado en la “caseta de la luz”. Fue un día de primavera cuando un grupo de niños del pueblo (Rafa Calderón que estudiaba para seminarista y era el mayor, y dos o tres niños más entre los que me encontraba y tenía sobre unos siete u ocho años) que queríamos coger un nido de pájaros y fuimos a por una escalera para llegar a él y estando en eso yo empezaba a subirme cuando llegó Perico que era mayor sobre unos diez años y recuerdo que me quitó del primer peldaño de la escalera para subir él. Empezó a ascender y se agarró a un tubo y en ese momento dio un fogonazo y Perico cayó todo quemado al suelo y lo vi botar dos veces en la caída. Salimos todos a correr y yo me fui con Rafael y llegamos a la puerta de Puchas al que contamos lo sucedido. El pueblo se movilizó pero el médico sólo pudo certificar su muerte. Lo pasé mal. Se celebraron los funerales y luego nos llamaron a todos los niños al Ayuntamiento a declarar todo lo que pasó. Mi madre me acompañó a la declaración.

Fueron días tristes para la familia de Perico pero también para nosotros porque a mí el recuerdo de aquella escena del cuerpo ardiendo no me dejaba dormir. Ante esta situación aconsejaron a mis padres que para que se me quitaran las pesadillas me llevaran al pozo de Luis y me hicieran beber agua del pilar donde bebían los animales. Fue un remedio acertado porque desde entonces no las volví a tener. Sólo me quedó un temor de encender las luces o tocarlas pero que con el paso del tiempo lo he superado. También recuerdo a la madre de Perico que cada vez que me veía se le saltaban las lágrimas y ésto durante mucho tiempo. Mi recuerdo para ella.

5.-En lo religioso:

Recuerdos relacionados con la Iglesia que eran el centro de toda la actividad del pueblo.

Asistencia a misas donde las mujeres iban con sus pañuelos a la cabeza y los manguitos en los brazos. Las más ricas del pueblo tenían un reclinatorio que estaba al principio de los bancos. A los niños nos citaba el maestro media hora antes en la puerta debajo de la Cruz de los Caídos. Solían asistir más mujeres que hombres.


San José 1943

La novena de la Purísima donde las chicas del pueblo ponían una mesa para pedir limosna y había una competencia por ver que chica recaudaba más.

El coro al mando de la Rosita y Alberto que tocaba un viejo órgano o piano.
La misa del gallo que al terminar se formaban un corro en la calle para cantar villancicos.

La Feria de San José donde todo el pueblo disfrutaba y ofrecía dulces de "rescardones y galletas" a los numerosos forasteros de Castuera

Por el día de Todos los santos el monaguillo salía por todo el pueblo tocando “La matraca” y pidiendo para las “almas benditas” y la gente le daba comida y dinero y el Día de los Difuntos se tocaban las campanas todo el día con su “Doble de campanas a los difuntos”. La recaudación de dinero y especies era para el que tocaba doblando las campanas.


Foto en San José 1.940

La misa del Domingo de Ramos donde se bendecían las ramas de olivos que luego después las llevábamos a pincharlas en medio de los trigales y nos comíamos el “hornazo” (Rosca de pan con huevo duro dentro y chorizo).

La Semana Santa donde los niños el jueves y viernes no podíamos correr ni escupir en el suelo ni jugar a la pelota porque se ofendía al Señor. Las comidas siempre eran iguales. El jueves judías con bacalao y bacalao frito, el viernes potaje de verduras y ,bacalao. De cena tortilla de espárragos o habas.

La Resurrección cuando se encontraban en la calle Jesús resucitado y la Virgen y se pegaban tiros de escopeta al aire a las 12 de la noche. Después quien podía se iban al campo a comerse una caldereta.

Se celebraba también el “Comulgar por Pascua Florida” donde había que comulgar y echar en una bandeja el nombre de cada uno que iba a comulgar. Recuerdo que mi padre tuvo una discusión con mi madre porque no quería ir pero tenía que hacer el papel de haber comulgado y como mi madre no lo quería echar mi padre me dijo que le echara el suyo y así lo hice.

En estos años hubo varios años de sequía y se sacaban a los “Santos” en procesión por los campos y se les cantaba:

“Agua Padre Eterno,
agua Jesús Mío
que se van las nubes
sin haber llovido”.
“El trigo se seca
la hierba no nace
y los animalitos
se mueren de hambre”.

Hay que recordar aquí al Padre Santiago Morillo, jesuita que era el que fundo la misa con rito oriental-ortodoxo y cuando venía al pueblo decía una misa en la plaza con este rito.

6.-En lo cultural:

Los carnavales de forma informal, sin disfraces y sólo como un coro que cantaban por la calle unas canciones jocosas y críticas hacia personas o al “Estraperlo” que sacaba el Maestro de la Villa

-A mi tío Agustín: Alcalde hasta los años 43 más o menos y dueño de un bazar en el pueblo

“Agustín tu eres un cuco
como sabes ir al rastro
y venir cargao chismes
para meternos el taco”.

En las Fechas Navideñas los niños del pueblo íbamos por las casas pidiendo el “Aguinaldo” y cantábamos:

“Dame el aguinaldo
carita de rosa
que no tienes cara
de ser tan roñosa
y si no me lo das
y si no me lo das
la campana gorda
de la catedral
que te caiga encima
si no me lo das
y si me lo das
y si me lo das
que pases las Pascuas
con felicidad.

Nos solían dar dinero, vino pitarrero o dulces caseros. Allí no se conocían los polvorones actuales.

A mi tío Agustín también le sacaron un villancico que decía :
“Al portal de Belén
Agustín se ha acercao
y el niño Jesús le ha dicho
retírate a Benquerencia
que no te vea por aquí
porque pierdo la paciencia.”

Sólo recuerdo el Cine mudo que traía una familia que hacía los inviernos en el pueblo y las obras de teatro que representaban para ensayar la compañía de “Los Picazos” (fueron famosos ANGEL PICAZO y su sobrino MARIO), alquilaban la casa CALDERÓN, se venían todos los inviernos al pueblo y preparaban las obras que representaban luego en las giras de los pueblos y ciudades. Todos los que íbamos a dichas funciones teníamos que llevar nuestra silla.

También las lecturas colectivas por las noches en mi casa con toda la familia y algunas vecinas en torno al brasero y comiendo castañas asadas donde se leía a Genoveva de Brabante y el Conde de Montecristo. Empezaba uno a leer y cuando se cansaba leía otro y había interrupciones para hacer comentarios de lo leído. Los juegos del parchís que a mi padre le gustaba mucho.

AÑOS CINCUENTA

1.-En lo familiar:

Dejo de llamarme AGUSTIN porque al sacar una partida de nacimiento para matricularme en el ingreso del Bachillerato (Mayo, 1953) sólo aparece el nombre de JUAN ANTONIO y nos damos cuenta que lo de llamarme Agustín fue porque me bautizó mi prima Sabina y en la Iglesia me puso sólo el nombre de Agustín en recuerdo de su padre y por eso me empezaron a llamar así y era sólo el nombre que tenía.

Descubierto el error, doña Maria Velarde que me preparaba para el ingreso, y vivía en mi casa a cambio de que me diera las clases de ingreso, empezó a ponerme cantidades de muestras con mi nombre de Juan Antonio para que me acostumbrase para cuando fuéramos a Badajoz al examen que aprobé en Junio de 1953. Ya había cuadernos y lápices.

La muerte de mis abuelos JUAN PURO Y Mª JESÚS “LA CORTIJEÑA” y la muerte de mi tío FELICIANO el cura en Villaralto.

Recuerdo a mis padres los problemas para construir una casa en la calle Arriba a la que nos fuimos a vivir sobre el año 1954. Haciendo adobes y pelando cañas para el techo.

Mi hermana estudiando en un Colegio de Cabeza del Buey y luego en casa con su costura, sus bordados de hilo y pintura , cosiendo los puntos de las medias de cristal en un vaso.


Natalia, Rafa, Felisa, Juan Antonio y Piedad

El casamiento de mi hermana con Pedro Doctor el 10 de agosto de 1958. Fue una boda que se celebró en el salón del Bar de la casa de Puchas y servido por la Pastelería Velasco de CASTUERA. Fue la primera boda que se celebró en un salón y rompió la costumbre de celebrarlas en la casa del novio. Fue una boda moderna como las conocemos hoy en día con sus pasteles de Alange, sus bebidas modernas y su tarta Nupcial.

Aquí hay que recordar la anécdota del traje de novia. Como yo estaba en Castuera el día anterior a la boda estudiando me encargaron que recogiese el traje de novia y luego a las seis de la tarde me fuese con él en el camión que iba a llevar las bebidas de la boda. Recogí el traje y en las cuatro esquinas de Castuera me puse a jugar con unos amigos al fútbol hasta que llegara el camión y el traje lo dejé en la acera y una mujer que pasó por allí creyó que la caja estaba abandonada y se la llevó. Cuando llegó el camión me di cuenta de que la caja no estaba y empecé a llorar y llamé a mi madre por teléfono para explicarle el hecho y ella me dijo que fuese a casa de Doña María que ella iba a hablar con ella. El camión se fue y me fui en busca de Doña Maria y juntos nos fuimos al sitio donde se perdió el traje y preguntamos a todos los comercios de la zona y uno de ellos nos dijo que había visto a una señora que conocía con una caja grande y a su casa nos fuimos y la encontramos. Se habló con mi madre y esa noche me quedé en casa de Doña Maria y al día siguiente muy temprano nos fuimos a Benquerencia y mi querida hermana pudo ir vestida con su traje de novia. Fue una boda muy hermosa con dulces del pueblo de Alange y donde yo probé la cerveza por primera vez.
Mis estudios en Castuera y posteriormente en Badajoz.

2.-En lo laboral:

Mi padre seguía dedicado a sus labores agrícolas a pesar de que a finales de los años cincuenta una sequía grandísima de varios años acompañada además con una plaga de langosta que arrasó todo el campo y los pozos de agua. Vi nubes de langosta que tapaban el sol.


Amparo, una amiga de ellas, Felisa y Clemo

El agua escaseaba mucho en el verano y había que ir hasta quince kilómetros (La Nava) a por ella. En las casas el agua de limpieza era una palangana con dos litros de agua donde nos lavábamos todos. No obstante.se logró sobrevivir.

Aprobé el ingreso y empecé a estudiar en el pueblo con un maestro el primer curso de bachillerato (curso 53/54) y el segundo (curso 54/55) con una maestra vasca que se dio cuenta de que necesitaba usar gafas y desde entonces las uso.

Después el tercero (curso 55/56) como me fue,tan mal me fui a Castuera al Colegio Libre Adoptado donde estudié de nuevo tercero (curso 56/57) y me iba todas las mañanas andando con mi amigo Pepe Luis menor que yo (5 Km.) con frío, calor y pasando mucho miedo por esa sierra y los meses peores de enero y febrero alquilábamos unas habitaciones en una casa de Castuera y se venía cada mes un familiar para cuidarnos.

Después a la ruta diaria de salir del pueblo a las 7, 40 ir andando, llegar a Castuera y a las 9 h. el Colegio por la mañana y la hora de la comida comíamos en una clase que nos dejaba el colegio y luego la sesión de tarde de 3 a 6 y a continuación de nuevo carretera a Benquerencia para llegar sobre las 8 de la noche. Nuestros padres cuando era ya de noche salían a buscarnos un par de kilómetros. Después nos compraron unas bicicletas y ya el camino era mas llevadero y se unió con nosotros mi primo Tomás. La carretera era de tierra y a veces la hicimos llena de nieve.

Los exámenes íbamos a Badajoz donde aún se hacían los exámenes orales puestos uno detrás de otro. Nos llevábamos la comida de dos pollos fritos, chacinas, huevos duros y tortillas y alquilábamos unas habitaciones en una casa de la Cándida y allí pasábamos unos días. Al principio me acompañaba mi madre pero luego ya iba solo con otros compañeros de Castuera.

El cuarto curso lo hice el curso 57/58. Terminé el Bachillerato y en la Reválida me suspendieron y la estudié de nuevo en Castuera (curso 58/59) y en Junio la suspendí. Ese verano como mi padre quería que no siguiese estudiando me mandó a segar las habas de la Muña y tardé tres días a pesar de la mofa de la gente que pasaba por el camino que se metían conmigo y me decían:

-Esto es peor que estudiar
-Mucho te has segado hoy

Al segundo y tercer día ya me vieron que corría menos y la mofa fue por lo poco que hacía.

Pero al fin terminé y mi padre me llevó con él para ayudarle en la siega y en la era.

Después de mi jornada de trabajo, por las noches, me dedicaba a estudiar y llegó el día del examen en Badajoz y esperé al día siguiente para recoger la nota.


Amalia,Clemencia, Rosalía y Josefina

Estando esperando la nota conocí a EDUARDO LORIDO, después mi amigo, y me preguntó que iba hacer el próximo curso y le comenté que iba a dejar de estudiar para dedicarme al campo. El me dijo que quería estudiar Magisterio.

Y nos dieron las notas de la Reválida como,aprobada (Septiembre de 1959). Me rogó que le acompañara hasta la escuela de Magisterio porque al día siguiente había un examen de ingreso y por el camino me convenció para que me matriculase con él (9-9-59). Así lo hice y al día siguiente me examiné y a las diez de la noche me dieron la nota de que había aprobado y que esa convocatoria era para estudiar oficial y me tenía que quedar en Badajoz.

Llame a la Central de Teléfono y le dije a la Rosita que dentro de media hora volvía a llamar a mi madre para que estuviera allí (Era el sistema porque no había en el pueblo nada más que ese teléfono y el del Ayuntamiento). Así lo hice y le dije a mi madre que había aprobado el ingreso en Magisterio y que me tenía que quedar a estudiar en Badajoz.

Mi madre se alegró y sin pensárselo me dijo que me quedara allí hasta que ella fuera a llevarme la ropa y que le dijera a la Cándida que me diera dinero si lo necesitara.

A los dos días se presentó mi madre en Badajoz y me buscó una pensión donde estuve con mi compañero GASPAR de Castuera y así empecé Magisterio y fui aprobando curso por curso (59/60, 60/61 y 61/62)

3.-En lo político:

Seguía de alcalde Victor del Correillo y recuerdo que a finales de los cincuenta vino a visitar el pueblo el Gobernador provincial y terminó la reunión sobre las once de la noche y cuando fue a salir del pueblo se encontró que habían bloqueado la salida con unas grandes piedras y tardaron tiempo en poderlas quitar. Se comentó mucho en el pueblo y se hacían muchas especulaciones sobre quién pudo ser y siempre se pensaba en la familia opositora “Los Conductores”.

Una de las cosas que se criticaba del alcalde era que utilizaba al alguacil (Santiago) del Ayuntamiento para su servicio ya que lo mandaba a darle de beber a los animales que tenía.

Ya en estos años le preguntaba a mi padre cosas de la guerra y fue cuando me contó lo siguiente:


Grupo de teatro

-Que él no era de nada pero como lo movilizaron aunque no había ido a la mili por ser huérfano y estaba en zona roja le tocó con el Batallón del “Campesino” de tendencia socialista y fueron desde Benquerencia hasta terminar en la famosa batalla del Ebro en Teruel y pasando por las provincias de Castilla y Levante. A mi pregunta de si era defensor de la República él me contestó que en la guerra el tiraba tiros porque a él le tiraban también. Muchas anécdotas sobre las calamidades que pasaron atravesando España y como mataban a compañeros que querían huir.

La Batalla del Ebro dice que fue un desastre por la mala organización que había entre ellos y que cuando los jefes vieron que iban a perder les dijeron que se entregaran o se marcharan a Francia. Mi padre con dos paisanos “El Chache” y Antonio de la Cecilia tomaron la determinación de pasarse al bando nacional cruzando por una parte del río que cubría poco y que como él era el más alto ellos iban agarrados a él y que en ese trance recibió un tiro en la manta que llevaba por el cuello pero que no le pasó nada. Llegaron a la otra orilla y se entregaron a unos moros del Bando Nacional donde dice que los trataron muy bien. Los consideraron como prisioneros de guerra y los mandaron a Burgos para su clasificación según los informes de los pueblos. A él luego lo enviaron al Ferrol y estuvo allí hasta que llegaron los informes de Benquerencia y regresó al pueblo.
Entonces comprendí el “pacto de sangre” que había entre mi padre, el “Chache” y Antonio de la Cecilia que todos los años sobre el mes de noviembre venían a mi casa una noche y se tomaban unas botellas de vino pitarrero que había hecho mi padre. Esta costumbre la recuerdo hasta que se marcharon del pueblo a Madrid con sus respectivas familias.

También recuerdo que un día le pregunté sobre como era la República y el me contó la anécdota del “Pozo de Luis”:

Este pozo en tiempos de la República le ocurrió que el partido que gobernaba en el pueblo le ponía un brocal nuevo y que cuando subieron a gobernar la oposición le quitaron ese brocal y lo cambiaron por otro y así sucesivamente.

Tan sólo me hizo un buen comentario político cuando me habló de la Dictadura de Primo de Rivera que por lo visto hizo todas las carreteras de alrededor aunque de piedras y tierra.

Luego no me hizo más comentarios políticos hasta los años sesenta.

4.-En lo social:

Recuerdos de amigos de mi edad dejando ya los juegos infantiles y paseando con las niñas de nuestra edad en la calle Corredera por la zona de casa de “Tarrán”.

En Castuera haciendo amigos del Colegio y jugando los ratos de recreo por aquellas calles de alrededor.

Días de pesca en la Serena con cal viva y las hierbas que llamábamos “paraguas” (que es donde se saca la cicuta), caza de lagartos y ranas, persecución de perdigones. Todas estas actividades acompañadas de comilonas.
El juego de la Lotería en el salón de Puchas.

5.-En lo religioso:

En estos años se repetían los actos de los años anteriores pero fue en este período donde viví ya la fiesta principal de Benquerencia que era “SAN JOSÉ” el 19 de Marzo y donde pude disfrutar de las fiestas que duraban tres días y venían miles de personas de Castuera por devoción al Santo y a cumplir las promesas hechas.

Se organizaban dos bailes y tanto éstos como las calles estaban muy llenas de personas que apenas podían andar por las tiendas de feriantes.

Mi madre para esos días hacía dulces caseros (rescardones, galletas, magdalenas, perrunillas y roscos) que ofrecía a las personas conocidas de Castuera que venían a saludarnos.

6.-En lo cultural:

Lecturas de novelas de los viejos en los sitios que daba el sol y se resguardaban del frío (Roque, Elias ...etc) y los recuerdo leyendo las novelas del Oeste de Marcial Lafuente Estefanía y usaban los mismos modos que vi en mi casa cuando se leían esas novelas referidas anteriormente y los pequeños diálogos sobre lo leído.

Mis colecciones de TBO del Capitán Trueno, el Jabato y Mortadelo y Filemón. Las novelas del Oeste.

Mis estudios en Castuera y mis exámenes en Badajoz hasta el año 1958 que ya me fui a estudiar Magisterio a Badajoz y empecé 1º y 2º (Cursos 58/59 y 59/60). Primero en una Pensión en la Calle Barrantes y el 2º en casa de mi tío Agustín.


D. Pedro(el maestro) y Juan Antonio(Agustín) en la carretera


De atrás para adelante:El “Rey”, Manolo del Chiquitín, Juan Aº, Manuel Tena(yo) y Víctor Matías

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