sábado, 21 de julio de 2007

Prólogo


Es una satisfacción inmensa el poder prologar esta obra que con tanta entrega ha ido formando Manolo Tena, nuestro amigo querido por todos, y que quedará para la posteridad como rescate histórico para las futuras generaciones.

Los benquerencianos tenemos que estar orgullosos porque nuestro pueblo cuenta con múltiples referencias históricas que se encuentran reflejadas a lo largo de su existencia.

Los restos de pinturas rupestres ya nos hablan de una historia benquerenciana en torno al año 2000 antes de J.C. con una población que en su proceso evolutivo empieza a ser sedentaria y que se cobija en abrigos y cuevas de la sierra y que expresa sus pensamientos con pinturas esquemáticas. La población sería escasa de pequeños grupos que tenían como base alimenticia la caza. Pinturas rescatadas para la cultura en los últimos años y esperemos que las generaciones futuras sepan cuidarlas y no vuelvan a caer en el ostracismo anterior. Esta labor de rescate histórico que está proporcionando nuestra Web nos ha hecho conscientes de que tenemos una de las mejores estaciones arqueológicas de las pinturas esquemáticas del arte rupestre español con nombres que en un futuro serán conocidos como los de Buitrera de la Nava, las Calderas, Montón y Moriscas de Helechal y la Caldereta de Benquerencia y que forman un conjunto de figuras en torno a las setecientas.

Referencias más recientes las encontramos en la Edad Media con las vías para pasar de Andalucía a Castilla como “El Camino Real” por el Bercial y un posible paso por Castellán que serían utilizados para el paso de los ganados. Esos estudios de la trashumancia dan testimonio de nuestra riqueza agropecuaria.

La invasión árabe marcó una impronta en la vida de Benquerencia al transformarse en un núcleo de población defensiva jalonada por su “Castillo” que como vigía tenía que ver y actuar como un verdadero fortín que imprimiese temor y al mismo tiempo grandeza a todos los que quisieran atacarla. Fue este período donde se formaría la conciencia de pueblo, de núcleo urbano, y estamos hablando en torno al año 1000 después de J. C. Es también en este período cuando ya encontramos referencias históricas reflejadas en los incunables de esa época y como no hacer referencia a su conquista por Fernando III y el diálogo entre éste y el Alcalde Moro (hecho que me emocionó al verlo como documento escrito en un legajo de la Universidad de Sevilla).
Documentos referenciales históricos como los estudios de población de los siglos VIII al XII, los estudios en siglos sucesivos sobre el “viaje a la Serena”, el interrogatorio de la Real Audiencia, el informe secreto del rey Carlos IV, los derechos comunales sobre los pastos de la Serena, la trashumancia, los estudios sobre la Guerra Civil, los recuerdos recientes de los años 1950 y 1960, poesías, juegos, relatos populares, las vivencias de los benquerencianos, su aficiones de caza y pesca son la base documental que sustenta al edificio de Benquerencia como identidad histórica y que gracias a la labor minuciosa de Manolo Tena se va a convertir en una realidad bibliográfica.

Los trabajos de elaboración de la maqueta del Castillo, estudios sobre las ermitas, recopilación de ritos, costumbres y tradiciones van configurando los pilares de dicho edificio y que le dan el sostén arquitectónico.

Doy las gracias, desde la distancia, de poder tener un rincón cibernético (www.benquerenciadelaserena.com) donde acudir en los ratos de soledad para rescatar esos momentos de felicidad que han sido parte de mi existencia.

Por último, pedir a todos los benquerencianos su participación activa para conseguir que el nombre de Benquerencia de la Serena siga destacando como lo hizo a lo largo varios cientos de años.

Enhorabuena, Manolo.
Juan Antº Morillo Acedo

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