sábado, 21 de julio de 2007

I-A través de los tiempos

Prehistoria

Aunque no se tienen testimonios científicos directos, hay que suponer que por estos contornos habitasen algunas familias que se refugiaban en los abrigos naturales de la sierra para protegerse de las inclemencias del tiempo. Serían asentamientos nómadas que se dedicaban a la caza como fuente de alimento.

Pinturas rupestres

Baso esta hipótesis en el hacha de piedra encontrada en la mina de "La Gamonita", en las pinturas descubiertas por el Abate Brenuil en Peñalsordo (del Paleolítico Superior), en los poblados prehistóricos de Zalamea y en las pinturas rupestres esquemáticas localizadas en nuestro municipio.

Época romana:

Durante la época romana es evidente de que ya estuviera asentado un grupo humano en la parte del valle o pie de la montaña próximo a la fuente de "La Muña".


La Muña

Los datos que avalan esta hipótesis son:
Los recintos fortificados existentes que nos acercan al control del territorio en época incluso prerromana.
El verbo romano BIENQUERER.
Otro dato en este sentido es la proximidad de la calzada romana de CASTULÓN a CÁDIZ, con un pueblo importante próximo ILIPA(Zalamea). La hipótesis, en este caso, se centra en que el grupo humano asentado tenía que haber estado en el valle o pie de la montaña, próximo a la fuente de la Muña.

Época visigótica

En la época visigótica es de suponer que ya existía el pueblo. Ello lo atestigua el hecho de que en el altar de la iglesia existieron hasta el año 1928 azulejos de aquella época, los cuales fueron destruidos en las obras de reforma llevadas a cabo el citado año.



Trozo de un azulejo visigótico de la Iglesia


Época musulmana

Aquí ya opero con base científica. Un documento que narra el paso de Fernando III el Santo por Benquerencia cuando se dirigía a la conquista de Córdoba (1.236) y que se encuentra en la Biblioteca de la Universidad de Sevilla dice así:

"Estos osados caballeros fijosdalgos, et adalides et almogavares, a caballo et de pie, juntáronse en Andújar, que era de cristianos, et ficieron su cabalgada contra Córdoba y cataron una noche de fuerte tiempo y oscura y ayudados por los castellanos de Martos, ganaron la Puerta de Martos, las torres y el arrabal de Axarquia". Quedaban las tropas cristianas dueños de casi todos los baluartes, pero sitiados por los cordobeses, en su ayuda tuvo que acudir Fernando III."


Fernando III

"Et camino fue este de Benavente a Cibtat Rodrigo, et de la Cibtat para Alcántara, pasó Guadiana a la barca de Medellín, et de Medellín enderezó a Magacela et a Bienquerencia, que era de moros. Fernando III armó su tienda en un campo, cerca de una fuente cabe el castillo. El alcaide moro que era buen caballero, le llevó sus presentes, pan et vino carne et cevada, pero negó el castillo al rey, prometiendo la entrega de Bienquerencia cuando volviese Fernando de ganar Córdoba. San Fernando llevaba sólo treinta pares de armas, entre ellos Fernando Ruíz Cabeza de Vaca.
El rey siguió por Dos Hermanas y El Vacar hasta el puente de Alcolea. Seguramente, a la vuelta el buen alcaide moro, que era buen caballero, le entregó Bienquerencia"...

Diez años después de la toma de Capilla, hacia 1226, por Alfonso de Olalla Villalobos, Fernando III donaba esta plaza a la Orden del Temple; que acompañaba a Fernando III el Maestre de la Orden de Alcántara, don Arias Pérez Gallego; que tras la reconquista de Magacela continuaron tomando las demás villas y aldeas de su término, entre las que se encontraba Zalamea, al principal.

Refiere Alonso TORRES TAPIA (Crónica de la Orden de Alcántara, tomo I, Madrid, 1763, pág. 315) que la conquista de Benquerencia se llevó a cabo después de 1236 y que, de camino Fernando III a la conquista de Córdoba, se detuvo con su hueste más lucida a repostar y descansar en un lugar cercano a Benquerencia, bien defendida por los moros, cuyo castillo se alza en un punto seguro y casi inexpugnable.

El alcaide, hombre de valor y lealtad, cuando supo que el rey de Castilla descansaba tan cerca, estimó obligado por la cortesía presentarle sus respetos, besándole la mano y obsequiándole con víveres y otros pertrechos. El rey agradeció en extremo aquella caballerosidad poco común, departió con el sobre el asunto que motivaba su viaje (la conquista de Córdoba) y le pidió que entregara la fortaleza y villa de buen grado, pues le aceptaría como vasallo suyo. El Alcaide se excusó con razones muy discretas, advirtiendo que se preciaba de ser muy leal a su señor y que no podía hacer traición al juramento y homenaje que le debía; pero puesto que el rey castellano se dirigía a apoderarse de Córdoba, en caso de que lo lograse, a su regreso se las entregaría sin escrúpulos, lo cual prometió con facilidad, persuadido de que la conquista de la gran Córdoba era irrealizable. Sin

Escudo de la Orden de Alcántara

embargo, en menos de tres meses, Fernando III consiguió rendir Córdoba, con asombro general de toda la cristiandad.

El Maestre de Alcántara, don Pedro Yáñez, que le había acompañado, fue premiado con largueza; al regresar a su convento, recibió del rey el encargo de pasar por Benquerencia y recordar a su Alcaide la promesa de entregarle la villa y castillo y de que, si no lo entregaba de grado, lo tomase por las armas.

Llegó el Maestre a Benquerencia y comprobó que el Alcaide había prometido en falso, pues presentó resistencia, lo que obligó a aquel a cercar la fortaleza, logrando finalmente reducir a la guarnición. Don Pedro Yáñez obtuvo de la generosidad del monarca castellano la villa y castillo de Benquerencia.

Documento original de 1236:
"quantum continetur a Bienquerencia, usque ad Gahet, in illo directo sit ita divisum, videlicet quod habeat Gahet duas partes, et Bienquerencia tertian parte... et ex parte Capillae, sicut decit Privilegium, quod tenent a me frares, Militae Templi."
("Todo lo que se contiene en Benquerencia hasta Gahet está distribuído en él de esta manera, dos partes y Benquerencia la tercera, y de la parte de la Capilla, según consta en el privilegio, lo que me confirman los hermanos guardianes”).
El Partido de la Serena
Pasada la Reconquista los territorios de la Serena fueron entregados a las Órdenes Militares para su repoblación y
Castillo de Benquerencia

seguridad. La parte central y occidental a la Orden de Alcántara, formándose después el Priorato de Magacela y el Partido de la Serena.

La parte oriental fue cedida a la Orden del Temple, a la que se agregó la Encomienda del Rincón del Zújar creándose el Bailio de Capilla-Almorchón-Garlitos(16-XII-1236), en la cual se encontraba el poblado de Bued que habría de ser Cabeza del Buey.

Dentro del priorato de Magacela estaba la Gran Dehesa de la Serena, de 250 Millares, parte de la cual se reservaron los Maestres (50 %) y el resto se la asignaron a los Comendadores, Pueblos y Lugares, Dehesas Boyales, Ejidos, Baldíos, etc. El Partido de la Serena se dividió en Comunidades de Pueblos y Lugares que denominaron "Llegas", de la manera siguiente:

MAGACELA:
Magacela, Villanueva de la Serena, La Haba, La Coronada, Campanario, Quintana y la Guarda.

ZALAMEA:
Zalamea, Valle de la Serena e Higuera de la Serena.

LAS CINCO VILLAS DE LAS TIERRAS DE BENQUERENCIA:
Benquerencia, Castuera, Esparragosa de la Serena, Malpartida y Monterrubio.

COMUNIDAD DE LA SIERRA DE LARES:
Esparragosa de Lares, Galizuela, Sancti-Spiritus y Cabeza del Buey (Almorchón)

La donación de Benquerencia a la Orden de Alcántara se lleva a efecto el 25 de abril de 1241, señalando como términos los mismos que tenía en tiempos de moros: al norte el río Guadiana, al oeste el término de Magacela y hasta una legua del castillo de Almorchón por el este.

Algo más tarde, en 1254, Alfonso X confirmará la donación y la delimitación de los términos y jurisdicción entre las órdenes del Temple y Alcántara. Con ello se agilizan las tareas repobladoras que tanto preocupaban, siendo en este caso Benquerencia uno de los puntos de mayor vitalidad, donde permanecieron, como en Magacela, una importante colonia musulmana como vasallos del rey.
Lateral de la Iglesia de Benquerencia

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